Calcular la huella de carbono personal

La huella de carbono personal

Usar el celular, cocinar, bañarse o transportarse tienen un impacto ambiental sobre el planeta. Es lo que se llama la huella de carbono personal, o lo que cada uno suma en el calentamiento global. ¿Cómo conocer esa huella y cómo disminuirla? Por Natalia Uribe Abisambra Ilustración: @sakoasko Un minuto menos en la ducha, cuenta. Unas

Usar el celular, cocinar, bañarse o transportarse tienen un impacto ambiental sobre el planeta. Es lo que se llama la huella de carbono personal, o lo que cada uno suma en el calentamiento global. ¿Cómo conocer esa huella y cómo disminuirla?

Por Natalia Uribe Abisambra

Ilustración: @sakoasko

Un minuto menos en la ducha, cuenta. Unas calles a pie, un papel o una bolsa que se reutiliza y un bombillo que se apaga, también. Cada día, de la mañana a la noche, dejamos una huella de carbono en el planeta. Al comer o mantener prendido el televisor. Una huella de carbono personal o de los gases de efecto invernadero que, por nuestras rutinas, se emiten a la atmósfera. Y una huella hídrica. ¿Qué tan grande? Calcularla es el primer paso para saber cómo reducirla.

Para hacerse a una idea, de acuerdo con cifras del Ministerio del Medio Ambiente de Colombia, una persona promedio emite cuatro toneladas de CO2 al año y en países como Estados Unidos esa cifra se multiplica por cuatro. La meta del Gobierno colombiano es disminuir esas emisiones un 20 % para 2030.

The Nature Conservancy, una ONG global dedicada a la conservación de las tierras y aguas de las cuales depende la vida, señala que la huella de carbono personal debe reducirse a menos de dos toneladas anuales para 2050, con el fin de evitar que la temperatura global continúe subiendo y el cambio climático sea irreversible.

¿Cómo se calcula la huella de carbono personal?

Para que una persona sepa cuál es su impacto ambiental existe un método creado por el ingeniero francés experto en cambio climático Jean-Marc Jancovici. Este sistema recoge los datos del día a día de una persona para calcular su nivel de emisiones directas e indirectas, teniendo en cuenta cuatro variables principales: cómo es su vivienda y con cuántas personas vive, cómo se transporta, qué come y cuáles son sus hábitos de consumo.

Con base en este modelo existen varias calculadoras en las que solo se deben ingresar algunos datos para conocer la huella de carbono personal. Estos son algunos ejemplos:

Fundación Aquae: Esta fundación española trabaja en optimizar recursos como el agua. Cuenta con una calculadora en la que se responden preguntas sencillas sobre el estilo de vida y en unos pocos clics se sabe cuántas toneladas de CO2 se están emitiendo al año.

Parque Arví: Es un parque ecoturístico al nororiente de Medellín. Ofrece, en su página de Internet, una calculadora adaptada a Colombia y se pueden realizar donaciones para siembra de árboles que compensan la huella de carbono personal y contribuyen a conservar la biodiversidad y restaurar bosques naturales de la región.

Corporación Fenalco Solidario: Esta organización, que promueve temas de responsabilidad social en el país, tiene una calculadora que, al final del ejercicio, muestra recomendaciones para disminuir el impacto ambiental personal.

Si bien estas calculadoras no son perfectas, permiten hacerse una idea de la cantidad de emisiones que genera una persona y sensibilizan sobre cambios individuales que aporten a la sostenibilidad.

Para Nataly Díaz Cruz, docente e investigadora socio ambiental, estas aplicaciones son parte de un proceso de concientización, educación ambiental y divulgación masiva.

“Las calculadoras de huella de carbono personal son una herramienta más para empezar a entender cómo nuestras actividades cotidianas tienen un trasfondo, de qué forma las decisiones que tomamos afectan al medio ambiente y cómo no nos habíamos percatado”, afirma.

Frente a este panorama se deben identificar todas las oportunidades para reducir emisiones de gases de efecto invernadero. La meta ambiental para 2050 se traduce en lograr la neutralidad en carbono, lo que significa equilibrar las emisiones de CO2 con la cantidad equivalente a la retirada de la atmósfera. Solo quedan tres décadas para lograr reducir la huella de carbono, y así, salvar el planeta.