Arquitectura en contenedores

Arquitectura en contenedores

La cargotectura, o el uso de contenedores marítimos reciclados para crear viviendas, oficinas, locales, edificios y todo tipo de espacios habitables, es una corriente de diseño ecológico que se ha expandido con fuerza alrededor del mundo, sobre todo, en la última década. 

En 1956, Malcom McLean, un camionero estadounidense que solía entregar cajas con diversos productos agrícolas en los puertos, logró concretar una idea a la que le había estado dando vueltas durante veinte años: tenía que haber una forma mucho más práctica, eficiente y segura de transportar mercancía en los barcos. La respuesta fueron los contenedores marítimos de acero corrugado, un invento que revolucionó el comercio internacional.

Probablemente, McLean no imaginó que, con los años, su creación se convertiría, además, en pieza fundamental de una solución arquitectónica ecológica.

Contenedores

Esta es la historia

En el campo de la construcción, el arquitecto estadounidense Adam Kalkin (1963), considerado el padre de la arquitectura en contenedores reciclados, fue uno de los primeros en transformarlos en elementos protagonistas de construcciones de carácter permanente al imprimirles una muy buena dosis de diseño, en lugar de emplearlos en obras o refugios temporales, como muchos ya lo habían hecho. Una gran muestra es la icónica vivienda Bonny Lanne, que concibió para él mismo en 2001, entre muchas otras.

Hoy, su firma Industrial Zombie se dedica a desarrollar toda clase de proyectos de cargotectura (residenciales, comerciales y corporativos) en Estados Unidos, Francia, Italia, Australia y algunos países de África.

Casa de contenedores

Como era de esperarse, los pasos de Kalkin los han seguido cientos de arquitectos que se han encargado de que, no solo zonas rurales, sino ciudades como Nueva York, Ámsterdam o Fráncfort estén cada vez más pobladas por estas construcciones (casas, restaurantes, hoteles, oficinas, colegios, etc.), que se ensamblan como si se tratara de piezas de Lego.

Las bondades de los contenedores

  • Reciclar, reutilizar y reducir son tres principios ecológicos básicos y, en ese sentido, la cargotectura los aplica en su diseño ecológico, principalmente, al reciclar y reutilizar los contenedores en desuso y al reducir la cantidad de materiales que se emplean en la industria de la construcción.
  • El acero corrugado del que están hechos los hace resistentes al agua, al fuego y a las inclemencias del clima.
  • Se ha comprobado que soportan sin problema los movimientos sísmicos y los huracanes.
  • Usarlos reduce considerablemente la huella ecológica porque no se requiere hacer una gran excavación para comentarlos y, por lo tanto, no alteran el terreno.
  • Son aptos para transporte marítimo y terrestre.

Por su parte, Sergio Rodríguez Mejía, director comercial de Container Arquitectura, empresa colombiana fundada en 2010, que se dedica al diseño, la adecuación y la construcción de unidades habitacionales para vivienda, comercio e industria con base en la transformación de contenedores, añade:

  • Su estructura permite una construcción rápida y sencilla mediante ensamblaje, lo que reduce notoriamente los costos en comparación con una obra tradicional. Sin embargo, hay que tener presente lo que implica adecuarlos para cumplir con las necesidades y deseos de los clientes. Por ejemplo, aislamiento, climatización y apertura e instalación de ventanas.
  • Son fácilmente apilables.
  • Son versátiles para el diseño de pequeñas, medianas y grandes estructuras habitacionales, así como para toda clase de proyectos residenciales, comerciales, corporativos, bodegaje, entre otros.
  • El cliente puede decidir si quiere mantener los contenedores a la vista para conservar su aspecto industrial o si prefiere ocultarlos para dotar la estructura con una fachada de algún material en particular.
Café de contenedores

La cargotectura en Colombia

Desde hace unos años, en algunas de las principales ciudades del país, como Bogotá, Cali y Medellín las construcciones en contenedores han comenzado a ser más frecuentes, sobre todo, para albergar locales comerciales, restaurantes y oficinas.

Con base en su experiencia, Sergio Rodríguez, de la empresa Container Arquitectura, con sede en Cota, Cundinamarca, considera que “en Colombia aún se trata de una tendencia incipiente, aunque va lentamente en alza; tenemos una cultura muy aferrada a la construcción tradicional, no obstante, cada día hay mayor interés y nuestro balance con las viviendas ha sido positivo”. Uno de los interrogantes que generan este tipo de obras es saber si se necesita o no solicitar una licencia de construcción: “Nosotros le recomendamos a los clientes tramitarla; sin embargo, hay un bache jurídico en este tema. No existe una ley que avale, reglamente o prohíba su desarrollo”, concluye Rodríguez.