En busca de la Colombia oculta

En busca de la Colombia oculta

El potencial turístico del país continúa floreciendo. El año pasado, el sector tuvo los mejores resultados de su historia y se espera que en 2023 continúe su buen rumbo

Por Esteban Dávila Náder
Foto: Biodiverso Travel

El potencial turístico del país continúa floreciendo. El año pasado, el sector tuvo los mejores resultados de su historia y se espera que en 2023 continúe su buen rumbo. Le pedimos a un grupo de conocidos viajeros que eligieran los destinos que, según sus corazones y experiencias, deberíamos conocer en los próximos meses.

Durante años se ha dicho, y con mucha insistencia, que el turismo es una de las industrias con más potencial en el país. En 2018, el expresidente Iván Duque lo definió como “el nuevo petróleo de Colombia”. Ese mismo año, su antecesor, Juan Manuel Santos, dijo que era “la actividad que tiene más futuro”; y hace algunos meses, el actual mandatario, Gustavo Petro, recalcó que este sector será “el gran oferente de divisas en el corto plazo”. El turismo es uno de esos pocos temas que logra unirnos como nación y que nos recuerda el privilegio de vivir en este paraíso natural.

En esta esquina de Sudamérica se pueden recorrer todos los pisos térmicos y observar una inmensa variedad de fauna y flora: de acuerdo con las cifras oficiales del Sistema de Información sobre Biodiversidad, el país alberga 75.947 especies de animales y plantas –aunque se estima que pueden ser al menos 200.000. El nuestro es uno de los territorios del mundo con mayor cantidad de aves, mariposas y orquídeas.

En años recientes, a la oferta turística de destinos clásicos y tradicionales como Cartagena, Bogotá, Cali y Medellín, se han sumado otros municipios y poblaciones que han fortalecido la oferta hotelera, gastronómica, cultural y natural del país. Paula Cortés, presidenta de la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (Anato), destaca, por ejemplo, el buen desempeño de Cajicá, Zipaquirá, Envigado, Sabaneta, Cartago, Buenaventura, Dosquebradas, Santa Rosa de Cabal y Salento, entre otras ciudades.

Gracias a estos nuevos destinos, el 2022 fue un año memorable para el sector. De acuerdo con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, Colombia recibió el año pasado 4.565.626 visitantes extranjeros. Por su parte, la Aerocivil reportó el movimiento de 15,2 millones de pasajeros en vuelos nacionales. Resultados que, en palabras de Carmen Caballero, presidenta de ProColombia, “fueron históricos porque superaron las cifras del 2019, que eran la gran referencia para la industria”.

El reto para 2023 es mejorar lo conseguido el año anterior. Y para lograrlo, según explica la funcionaria, la oferta nacional debe seguir las tendencias globales y continuar su apuesta por un turismo más amigable con los ecosistemas. “Varios estudios demuestran que los viajeros internacionales buscan destinos sostenibles; incluso están rechazando lugares que no cuenten con prácticas responsables”, asegura Caballero. Y es cierto: una investigación realizada por Anato en 2022 reveló que el 49 por ciento de los turistas que eligieron a nuestro país para vacacionar, lo hicieron porque querían estar al aire libre y en contacto con la naturaleza. Otro 33 por ciento afirmó que llegó a Colombia para disfrutar de su amplia oferta cultural, gastronómica y de entretenimiento.

Arturo Bravo, viceministro de Turismo, agrega que en 2023 también serán de gran importancia los destinos de paz; aquellos lugares que antes no aparecían en la oferta turística por causa del conflicto armado. En estas zonas, muchos de los operadores y empresarios que impulsan el sector fueron víctimas de la guerra, o trabajan con ellas y con excombatientes, con el fin de construir escenarios pacíficos, productivos y que preserven la naturaleza.

En palabras de Bravo, son destinos que el país y el mundo están “empezando a descubrir gracias a esta nueva etapa de paz y de transformación”. Los mismos que Carmen Caballero define como parte de la “Colombia oculta”, que generan círculos virtuosos “alrededor de experiencias de nicho, como el avistamiento de aves y el turismo comunitario”.

Con esto en mente, y teniendo en cuenta que el nuestro sigue siendo uno de los países favoritos para visitar en este año, consultamos a varios viajeros reconocidos, a expertos en el sector y a creadores de contenido, para que nos recomendaran qué lugares colombianos, sorprendentes, acogedores, escondidos o salvajes, deberíamos visitar en los próximos meses. La aventura comienza aquí

 

La Tailandia de Colombia

Hace siete años, Juan Camilo Vélez (@Kasedna_Travel) viajó por primera vez al municipio de Lejanías, en el departamento del Meta. Lo hizo motivado por una foto que encontró en las redes sociales. “En ese momento la gente tenía mucho miedo de viajar por Colombia por desconocimiento. Yo tenía 25 años, estaba recién llegado de Australia y moría de ganas por conocer el país”, cuenta.

La imagen que lo sorprendió era la de un río flanqueado por rocas de 100 metros de altura, visiblemente talladas por el paso del viento y del agua. Se trataba del cañón del río Güejar, un espacio que muchos describen como “la Tailandia de Colombia”. Para llegar a este destino hay que viajar a la población de Granada y de ahí tomar una moto con rumbo a Lejanías, donde el turismo se ha desarrollado alrededor de los esfuerzos comunitarios.

Allí, Juan descubrió uno de esos lugares que permanecieron en el anonimato por causa del conflicto y que ganan impulso con el esfuerzo de personas como Edinson Vargas, un santandereano que llegó a la zona hace 20 años y quien se ha dedicado a convencer a los jóvenes locales de cambiar las armas por remos.

Hoy, 20 guías de la región navegan el Güejar en flotadores y balsas de rafting para completar una aventura que dura más o menos cinco horas. “Viajas entre formaciones rocosas milenarias, de las más antiguas del planeta, mientras conoces una de las zonas mejor conservadas del país”, dice Juan Camilo. “Al vivir esta experiencia, no puedes evitar que salgan lágrimas de tus ojos. Desciendes por un mundo perdido en el centro de Colombia donde la adrenalina, la naturaleza, la energía y la gente se combinan”

 

Tierra de rituales

“Mucho de lo que somos se lo debemos a ese pedacito de tierra llamado San Basilio de Palenque”, dice María Paola Jaramillo, una barranquillera que en 2016 decidió dejar su trabajo en una multinacional petrolera para asumir la identidad de Jacinta (@Buscandoajacinta) y dedicarse a viajar por el mundo.

“Palenque es la razón por la que suelo repetir en mis redes: ‘siempre la gente primero’. Porque es ella, la gente, la que hace especial a este pueblo”. Ubicado en el departamento de Bolívar, a 50 minutos de Cartagena, no tiene calles pavimentadas, ni casas de lujo, ni mega museos. No los necesita. El encanto de este corregimiento se encuentra en esas personas que siempre están dispuestos a contar historias fascinantes, a enseñar un poco del criollo palenquero que se habla en el territorio, o compartir un trago de ñeque, el licor local hecho a base de panela.

Además, señala Jacinta, los viajeros que visiten Palenque pueden escuchar la música de la agrupación de rap Kombilesa Mi y posiblemente presenciar una de las ceremonias con más tradición del lugar: “Cuando uno de sus habitantes fallece, se celebra un ritual que incluye danzas y cantos alrededor de la despedida”. Es otra manera de decirles adiós a los seres queridos. Por toda esa riqueza cultural, San Basilio de Palenque fue proclamado por la Unesco, en 2005, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

 

Isla perfecta

“Para mí, Providencia es uno de los sitios más auténticos del planeta”, afirma el reconocido y experimentado viajero bogotano Christian Byfield (@ByfieldTravel), autor del libro 754 días: la extraordinaria crónica del hombre que dio la vuelta al mundo.

Siente que esta isla es única porque en ella se mezclan de manera perfecta la naturaleza y la cultura local.

Providencia quedó semidestruida en noviembre del 2020 después de sufrir el paso del huracán Iota, pero Christian afirma que hoy se encuentra “bien reconstruida». Los corales está divinos, las casas quedaron increíbles”, y nos recuerda que viajar hasta sus playas es la “mejor manera de apoyar el turismo local que estuvo tan afectado en estos últimos años”.

Les recomienda a todos los visitantes que suban a The Peak, la montaña más alta de la isla, con 353 metros de elevación; y que practiquen buceo. El primer plan solo se puede realizar con el acompañamiento de guías expertos que suelen encontrarse al inicio de la ruta. El segundo será muy placentero “con la orientación del equipo de Sonny Dive, quienes te llevan a diferentes partes de las islas y te enseñan todo lo que tienes que saber”.

En Providencia, además, existe la posibilidad de hospedarse en posadas nativas que permiten un mayor acercamiento a la cultura local, la lengua creole y la gastronomía isleña. Si se visita entre abril y julio también se puede presenciar la migración de cangrejos. “cierren los ojos” Para María Alejandra Castaño (@malejacca), quien se dedica desde hace varios años al periodismo de viajes y es subeditora de Especiales Editoriales y Turismo del diario El Espectador, el destino por descubrir es el departamento del Guaviare. “En él podemos ver la inmensidad y la riqueza de la naturaleza del país. Su gastronomía es deliciosa, los paisajes son impresionantes y el turismo les ha dado nuevas oportunidades a muchas de las personas de la región que fueron afectadas o participaban en el conflicto armado”.

De hecho, muchos de los guías que conducen a los turistas a través del Cerro Azul, en la Serranía de la Lindosa, son excombatientes que cambiaron sus fusiles por el contacto con la naturaleza. Es un recorrido inolvidable. “Recuerdo que en un punto de la caminata, la persona que lideraba el grupo nos pidió que cerráramos los ojos mientras avanzábamos lentamente. Todos lo hicimos. Poco después nos dijo que los abriéramos y entonces vimos frente a nosotros una pared cubierta de pinturas rupestres. Fue un momento mágico. Te sientes chiquito, mínimo, al ver esa inmensidad con tanta historia; son pinturas de más de 12.000 años de antigüedad”, explica María Alejandra.

También recomienda lugares como la reserva Túneles Naturales, una sabana de formaciones rocosas que simulan, precisamente, lo que indica su nombre y que co- nectan con un jacuzzi natural; la Puerta de Orión, una insignia del departamento llena de misticismo; o el balneario Tranquilandia —rebautizado como Caño Saba- na—, que entre junio y noviembre se pinta con los mismos colores rojizos de Caño Cristales. “Es un destino que, en términos de naturaleza, lo tiene todo. Además, se puede llegar fácil, yo lo hice en carro y la carretera es muy agradable. Siempre te sentirás acogido, bienvenido e inmerso en paisajes infinitos”, concluye la periodista.

 

Tesoros a la vista

Colombia también se hizo un lugar en las recomendaciones de la guía Lonely Planet, que este año les presentó a sus lectores 30 lugares que “inspiran”, contenidos en su listado Best in Travel 2023. De Colombia se destacaron los 59 Parques Nacionales Naturales, que durante el primer semestre de 2022 recibieron un total de 690.708 visitantes.
Aunque la publicación hizo referencia a los parques como un todo, sí destacó nueve, en particu- lar: el Tayrona, la Serranía del Chiribiquete —que hoy está cerrada al público—, Los Nevados, Chingaza, Puracé, El Cocuy, La Macarena, Old Providence McBean Lagoon y la Sierra Nevada de Santa Marta. Para un conocedor del tema, la lista sería algo predecible, estas son las locaciones más promocionadas, pero siempre les resultarán gratas a los viajeros.

Sin embargo, el equipo editorial de Amarilo propone revisar todo el extenso potencial de nuestros parques nacionales y descubrir algunos de los que no suelen ser tan mencionados. Para seleccionar el ideal, primero se debe tener en cuenta que de las 59 áreas protegidas, sólo 25 tienen vocación ecoturística.
Si destacamos uno por región, definitivamente habría que hablar de Utría, en el Pacífico, por la posibilidad de observar ballenas entre julio y septiembre; del Santuario de Flora y Fauna Galeras en los Andes, con su laguna de verde jade; de Macuira, que ilustra la transición entre la montaña y el desierto de La Guajira en el Caribe; del Tuparro con la riqueza fluvial potente y dramática de los raudales de la Orinoquía; y de Amacayacu, que es un punto de encuentro de la naturaleza y la ancestralidad amazónica.

 

El país de las aves

Colombia es la nación con mayor diversidad ornitológica del mundo. Más de 1.900 especies sobrevuelan el territorio nacional: equivalen al 20 por ciento de las existentes en el planeta, de acuerdo con los cálculos de NatGeo Travel. Y por tal razón, esta reconocida guía turística le recomienda a sus lectores visitar Colombia.

Luis Urueña, biólogo y fundador de Manakin Nature Tours, una agencia dedicada exclusivamente al aviturismo, explica que más allá de la diversidad, esta actividad ha ganado relevancia porque permite “construir país junto con los habitantes de esos lugares rurales o aislados, donde se suelen hallar las aves que más sorprenden a los viajeros. De esta manera se genera desarrollo social y económico”.

Este contexto ofrece un panorama prometedor para el país: de acuerdo con la National Audubon Society, el aviturismo tiene el potencial de atraer a 14.978 observadores, o ‘pajareros, anualmente; y de generar cerca de 7.516 empleos e ingresos por 9 millones de dólares.

A los fanáticos de las aves NatGeo Travel les recomienda recorrer variados lugares de la costa Atlántica, como la Serranía del Perijá, la Sierra Nevada de Santa Marta, el humedal de Los Flamencos o el Parque Nacional Tayrona. Urueña, por su parte, reconoce que esa zona es muy atractiva, pero les sugiere a los pajareros pasear por destinos tradicionales como Andes, en Antioquia, la región del Magdalena Medio y el Valle del Cauca; y descubrir otros emergentes, como la Serranía de La Macarena, el Meta y, finalmente, San José del Guaviare, que llama la atención por ser un punto de tránsito entre el Orinoco y la Amazonía, lo que supone una oportunidad de avistar especies selváticas y del llano.