A nivel corporativo, Amarilo siempre ha trabajado en la implementación de su principio de igualdad en distintas instancias. Ahora, está encaminado a fortalecer su política de igualdad de género. Como parte de la Agenda 2030, los estados miembros de la Naciones Unidas aprobaron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los cuales trazan unos lineamientos para procurar
A nivel corporativo, Amarilo siempre ha trabajado en la implementación de su principio de igualdad en distintas instancias. Ahora, está encaminado a fortalecer su política de igualdad de género.
Como parte de la Agenda 2030, los estados miembros de la Naciones Unidas aprobaron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los cuales trazan unos lineamientos para procurar erradicar la pobreza, proteger el planeta y mejorar la vida y las perspectivas de las personas en todo el mundo. Para ello, son necesarias acciones estratégicas con alcance mundial, local e individual, emprendidas por instituciones públicas y privadas, y la sociedad, en general.
Comprometido en contribuir a estos ideales, Amarilo cuenta con una política de sostenibilidad que responde a diez de esos 17 ODS, entre los cuales se encuentra la igualdad de género. En este año, la organización optó por definir e implementar una política de equidad de género, con el fin de darle mayor formalidad a las prácticas que hasta ahora ha implementado con este enfoque. En este momento, trabaja en la definición de la política para, posteriormente, divulgarla e implementarla.
Garantizar los ODS
Aunque en el pasado no haya habido una política estructurada puntualmente para la igualdad de género, la gestión de Amarilo ha realizado de forma constante diversas prácticas encaminadas a desarrollar este principio. Su implementación ha estado presente, por ejemplo, en los diferentes procesos de talento, que van desde la selección hasta el desarrollo. En la labor de contratación de personal no se hace ninguna diferenciación en cuanto a género. Los aspectos que evalúa la compañía para todos los cargos son el perfil del candidato, sus competencias tanto técnicas como comportamentales, su trayectoria y experiencia, así como su formación académica. Los postulados inician el proceso de evaluación, el cual finaliza con la elección de una persona en función del cumplimiento de los requisitos y no de su género.
Las oportunidades de formación y desarrollo, por su parte, están encaminadas a fortalecer las habilidades y conocimientos de los ocupantes de los cargos sin distinción de género. La participación en estas capacitaciones está dirigida al 100 % de los responsables de los cargos que se encuentran dentro del alcance del programa de formación. Con relación a la compensación, Amarilo cuenta con una política fundamentada en información de mercado y análisis interno, que establece las escalas salariales para cada uno de los cargos, con el fin de garantizar la competitividad con respecto al mercado externo, así como la equidad interna. En definitiva, mediante la estructuración e implementación de una política de igualdad de género, Amarilo busca garantizar el cumplimiento de este ODS en todos los escenarios donde pueda tener aplicabilidad, para hacer realidad sus principios de igualdad, inclusión y respeto a la diversidad.
Tres testimonios
Soley Arango – Coordinadora comercial
“Durante los 20 años que he estado en la compañía, he visto cómo el área comercial se ha diversificado en equidad de género. El área siempre había estado compuesta sobre todo por mujeres y he comprobado su evolución y transformación en brindar un enfoque equitativo”.
Soley Arango – Foto_ Alexandra Ruiz
Adriana Benavides – Gerente de Desarrollo
“Desde que ingresé a Amarilo, hace 14 años, he visto mujeres en roles directivos. Esto me motivó a crecer dentro de la compañía. He notado cómo se han abierto nuevas oportunidades de crecimiento, en las cuales las personas son seleccionadas equitativamente, con base en sus capacidades y más allá de su género”.
Adriana Benavides – Foto_ Esteban Vega
Lucía Carrizosa – Gerente de proyectos de construcción
“Hace 15 años, cuando entré a Amarilo, solo éramos dos directoras mujeres. Actualmente, hay una gran cantidad de mujeres en obra en todos los cargos, en un sector predominantemente masculino. Aquí tenemos las mismas oportunidades y exigencias, y esta igualdad de género se evidencia tanto en responsabilidades y trabajo como en salarios”.
Lucía Carrizosa – Foto_ Guillermo Torres