Roberto Moreno / Presidente Amarilo Cuando pasamos una página, siempre queremos escribir mejor la siguiente. Hemos terminado, como sociedad, como país, un año 2021 intermitente. Lo empezamos con incertidumbre, luego de que 2020 nos sacudiera las estructuras. Existía un temor colectivo: todavía imperaban los confinamientos por la pandemia, apenas se iniciaba la vacunación en
Roberto Moreno / Presidente Amarilo
Cuando pasamos una página, siempre queremos escribir mejor la siguiente. Hemos terminado, como sociedad, como país, un año 2021 intermitente. Lo empezamos con incertidumbre, luego de que 2020 nos sacudiera las estructuras. Existía un temor colectivo: todavía imperaban los confinamientos por la pandemia, apenas se iniciaba la vacunación en el mundo, nos esperaban fuertes dramas por contagios y fallecimientos a causa del covid-19, desconocíamos cuándo compartiríamos plenamente con nuestras familias y amigos, y la economía estaba resquebrajada.
De manera paulatina, logramos retomar los hilos más cotidianos del trabajo, de la vida, de las empresas. Fuimos sembrando confianza en un año difícil. Aprendimos, algunos con rudeza, el inmenso valor de la solidaridad, a pequeña y a gran escala, y el enorme vacío que genera su ausencia. Tuvimos, también, el tiempo para visualizar que no es viable aplazar nuestros compromisos como país ante las demandas sociales ni nuestras metas en términos ambientales para conseguir un planeta sostenible.
Con altos y bajos, hemos sido valientes y resilientes. En el tercer trimestre de 2021, la economía superó el 13% de crecimiento, por encima de las previsiones, al tiempo que el desempleo bajaba de 14,4% a 11,8% y, al cerrar el año, el índice de productividad aumentó 1,19%. En la industria de la construcción empujamos el empleo y conseguimos ocupar a más de un millón de personas al cierre de octubre en tanto que, a noviembre, 209 mil hogares habían alcanzado su sueño de tener vivienda, un registro histórico con un aumento de 35% en Vivienda de Interés Social.
En Amarilo, en septiembre, con rigurosos protocolos de bioseguridad, adaptación de espacios, nuevas dinámicas de interacción y apoyando el Plan Nacional de Vacunación (en el que todavía falta para la meta del país), recuperamos la totalidad de las operaciones de forma presencial. En 2021, igualmente, trabajamos con intensidad en aspectos como la medición de la huella de carbono en nuestras obras para mitigarla, en el ahorro y la reutilización de agua y energía, en la formación de nuestros trabajadores y proveedores en sostenibilidad y en la disposición de residuos y materiales.
La nueva página que se nos abre en este 2022 es una oportunidad para, con nuestro mejor empeño, sacudirnos de los rezagos de la crisis, estabilizar nuestro crecimiento y nuestro aporte personal, social, económico y ambiental. Para escuchar a otros sectores y ejecutar nuestros compromisos, individuales y empresariales, con el fin de disminuir las brechas socioeconómicas que nos agobian. Para pensar a fondo nuestras decisiones democráticas en un año de elecciones. Para reencontrarnos de manera definitiva con familiares, amigos y compañeros. Para aplicar los aprendizajes de la pandemia. Necesitamos vivir, no solo sobrevivir.
Así que atesoremos nuestros mejores recuerdos de 2021 y miremos con empeño este 2022.